Existe un dicho que reza “las palabras son mas fuertes que los golpes” y honestamente, creo que pocas cosas son tan ciertas como esa frase. Las palabras cargan consigo un peso que es totalmente inmensurable; mismo que puede ser utilizado con fines positivos, o incluso pueden tener el poder necesario para despertar en nosotros reacciones negativas. Digo, esto es tan fácil de entender como el plantearse ¿Cuantas veces un “TE AMO” no nos ha dibujado una sonrisa en el rostro? O, por otro lado ¿Cuántas veces una discusión no nos ha estropeado el día? Esto comprueba que todo aquello que sale de nuestra boca tiene una resonancia que puede afectar de alguna manera nuestro entorno como sociedad. Conforme han pasado los años, hemos sido testigos y parte de la evolución humana; transformando poco a poco la forma en la que nos comunicamos con los demás. Nuestro ingenio colectivo como sociedad y nuestra capacidad de comunicarnos ha logrado que no solo expresemos nuestro pensar y sentir con a
"La vida es una eterna preparatoria", ese es uno de mis pensamientos más frecuentes mientras juego a ser adulto; y es que conforme más pasa el tiempo, más me doy cuenta que efectivamente estoy en lo cierto. Si quieres saber si lo que digo está en lo correcto o no, solo analiza si en tu vida actual sigue habiendo alguien que le quiere bajar la pareja a alguien más, alguna persona que se siente "Queen Bee", algún hater chismoso hablando sin saber — o hablando cosas inventadas, salientes de su verde y envidioso corazón — o alguien a quien le hacen "el fuchi" por no ser lo que el status quo manda. Basándonos en eso... ¿Acaso la vida no es una eterna preparatoria? Pero, aunque este tema puede dar para un blog diario por varios días, hoy enfoquemos nuestras energías en ese último punto que mencione: NO SER LO QUE EL STATUS QUO MANDA. Como orgullosa weirdo que siempre he sido, puedo decir con toda seguridad que el haber peleado contra mi necesidad de