Yo no me rindo...

Ante lo que sucede en nuestro país me doy cuenta que en las crisis es cuando se muestra la verdadera cara de los ciudadanos.  

En estos pasados días he visto varios lados de la sociedad de mi país, pero dentro de esta etapa tan difícil para todos me he percatado de que nosotros los jóvenes estamos asimilando que el rumbo de este país está nuestras manos. Por lo menos yo estoy orgullosa de saber que pertenezco a una generación llena de guerreros de armadura invisible sin miedo a nada dispuestos a defender a su país. 

Pero todo esto no lo logre entender de la noche a la mañana; llevo un camino de lucha para finalmente poder ver este lado de la moneda. Para orgullosamente ser parte de esta generación de guerreros tuve que aprender desde niña a jamás dejarme vencer por mi discapacidad; a nunca dejar que este se convirtiera en el pretexto que me detuviera para alcanzar mis sueños y después tuve la bendición de permitir que no me limitara para ayudar a otros a alcanzar los suyos. Como Ferny; la Juarense de corazón que soy, he podido ver la vida desde una perspectiva muy diferente a los demás. Mis circunstancias de vida me llevaron a darme cuenta desde muy temprana edad que el cuerpo es sólo la envoltura del alma y que no se vale decir "ME RINDO" y debemos seguir adelante luchando por nuestros sueños. Mi familia me enseño a ver a cada obstáculo como un reto y a nunca rendirme ante las adversidades; a ver cada momento de obscuridad como una oportunidad para ser luz y guía para otros. Después mis amigos, compañeros de escuela y hermanos de Fundación Carità confirmarían esta ideología y ejemplificarían a la perfección lo que es una sociedad incluyente; se volvieron mi inspiración y motivación detrás de cada acto que hago. Como muchos jóvenes mexicanos que también tienen quienes impulsan su rumbo de vida. Gracias a ellos fue que nació mi interés en la filantropía; y de esta forma ser aunque sea una pequeña chispa de esperanza para personas que como yo cuentan con una discapacidad y necesitan un entorno lleno de aceptación. En este proceso también descubrí que puedo ser un rayo de luz en la vida de otros a través de compartir mis vivencias e ideologías con los demás. Sin importar mi trinchera siempre me ha interesado dejar una huella en mi país y ser un testimonio viviente de que nada es imposible. 

Así como muchos jóvenes de nuestro México; nuestro país esta lleno de personas que demuestran como yo que no existe límite cuando lo que haces se hace con pasión. Demostramos que lo que realmente limita a alguien alcanzar sus sueños es uno mismo y que no estamos dispuestos a rendirnos. La juventud mexicana esta ansiosa de continuar con su excelente labor y apoyar a nuestra tierra; estamos realmente comprometidos con nuestro país. México es de todos sus ciudadanos y es nuestro deber cuidar de el. Es nuestra responsabilidad el buscar ser esa luz cuando todo aparentemente sea  obscuridad. Se ha demostrado infinitas veces que los jóvenes de México deseamos ser una voz y no sólo un eco y que estamos actuando para que nuestro país siga evolucionando. En un mundo donde es más fácil seguir a una manada que ser un agente de cambio, me da orgullo ver que en mi país existen cada vez más jóvenes que deciden como yo no tomar el camino fácil. No importa etnia, lengua, color de piel o zona geográfica de donde vengamos; si algo nos une a la mayoría de los mexicanos de mi generación es el amor por nuestra nación y las ganas de salir adelante a pesar de cualquier obstáculo. Los jóvenes representamos el presente y futuro de México; estamos deseosos de ser un ejemplo a seguir para las futuras generaciones de mexicanos. 

Como mexicana quiero decir que debemos de asumir nuestro papel de guerreros para juntos llevar luz y esperanza a aquellos que viven en tinieblas. 

México, por ti no me rendiré nunca. Te amo. 

Xoxo

-F