Hola queridos lectores, me extrañaron?
La frase dice "no digas nada, si no tienes nada bueno que decir", lo que en mi caso fue "no escribas nada, si no tienes nada bueno que escribir"; así que heme aquí lista para compartir con ustedes lo que por los últimos cinco meses ha rondado mi cabecita llena de rizos rebeldes y amiga ocasional del peróxido. Pero considero que antes de seguir compartiendo mis mas profundos secretos e ideologías con ustedes, primero deben saber quien soy; porque es muy fácil juzgar al libro por su portada - o en este caso a la "discapacitada" por su modelo de silla - así que antes de seguir desnudando mi alma con ustedes, me gustaría mostrarles quien es este "desastre sobre ruedas".
Como todo buen cuento de hadas o película taquillera, esta historia empieza con un nacimiento - mi nacimiento, obviamente - y que es de un buen drama sin un giro inesperado en el tema central? Hoy en día muchos se dejan llevar por la fachada que ven en mi; la presidenta de una fundación, la funcionaria publica, la psicóloga/comunicologa, y las etiquetas podrían seguir y seguir por horas; pero muy pocos conocen la historia detrás de todo esto y como se fue escribiendo hoja por hoja. Todo empezó hace 27 años, muy lejos de las ganas de ayudar a los demás, de los eventos de caridad o de gobierno; el 9 de diciembre de 1986 nació en la ciudad de Chihuahua una renacuajita dos meses antes de lo esperado. Lo que para muchos es un acontecimiento de alegría y regocijo, en mi familia fue un día de incertidumbre y esperanza; todo esto porque el día que llegue a este mundo mis padres tuvieron la noticia de que se habían sacado el "premio mayor" - léase en tono de niño de la lotería por favor - y en sus brazos tenían a una pequeña con discapacidad. Mientras el shock se disipada en mis progenitores y mi familia paterna debatía acerca del nombre que debían ponerle a la primera nieta, yo me encontraba en la fina linea de planear mi bautizo o ir a saludar a San Pedro. Dos meses tostandome un poquito mas en mi encubadora para quedar "bien cocida" fueron suficientes para que finalmente pudiera conocer mi verdadero hogar. Ahí, durante esos sesenta días viviendo en un hospital estoy convencida que mi futuro y carácter se empezó a definir; todo esto mientras estaba rodeada de otros bebes, escuchando como unos lloraban sin cesar y siendo testigo de como otros eran recogidos por sus papas a tan solo días de haber nacido. Desde pequeña tuve que aprender que mi vida no iba a ser igual a las de aquellos que me rodean, y que para poder hacer algo que para los demás es considerado "fácil" y "cotidiano" iba a tener que trabajar el doble o triple para poderlo conseguir, sin embargo también descubrí que la gratificación es proporcional al sacrificio que uno hace para lograr algo; lo cual ha vuelto mi vida en una satisfacción constante.
Dejando un poco atrás el drama de mi nacimiento y todos sus detalles dignos de un capitulo de "La Rosa de Guadalupe", quisiera enfocarme en mi mayor bendición - y que yo se es la mayor bendición con la que contamos la mayoría - LA FAMILIA. Con mucho orgullo puedo decir que a mi entorno familiar nunca le llego el memorándum de que en su casa tienen una integrante con discapacidad. Mi mamá es la típica madre mexicana amorosa por las buenas y a quien no querrás conocer por las malas, la misma que me llevo a la fuerza a tutoría de matemáticas, física y química para que su hija por mérito propio aprobara sus materias - o al menos tratara - y que me enseño que yo puedo hacer todo lo que me proponga, solo de manera diferente. Mi hermano, como todo hermano mayor fue el que me dijo que Santa Claus no existía - lo cual vino a arruinar con mi plan de seguir fingiendo creer en el para obtener mas regalos - pero por otro lado es el que me enseño a jugar nintendo e hizo que me interesara la psicología. Ademas la vida me bendijo con dos figuras paternas, ambas que dejan en mi diferentes lecciones y aprendizajes para ser mejor persona.
El contar con un núcleo tan lleno de amor y que nunca me ha visto como un freak o por debajo de ellos fue sin duda mi mayor arma para lanzarme al mundo exterior de pequeña. Cuando te mueves con seguridad y sabes lo mucho que vales como persona transmites esa energía a los demás; no importa edad o si tienes discapacidad o no. En pocas palabras; si tu te aceptas a ti mismo, los demás terminan aceptandote también. Eso fue lo que sucedió en mi caso, yo siempre he sabido que valgo lo mismo que cualquier persona que se mueva por su propio pie; es solo que yo vengo en "diferente presentación". Veamoslo de esta manera; las personas sin discapacidad son una barra de chocolate Hershey's y yo soy ese mismo sabor de Hershey's en presentación "bites", técnicamente es lo mismo solo presentado de diferente forma. El conocerme como persona y no tomar mi discapacidad como un "defecto de fabrica" fue lo que me permitió integrarme a la sociedad en la que crecí. Aprendí a en vez de dejar de jugar porque yo no podía correr en los recreos, volverme en el carrito 4X4 del salón o la muñequita viviente de las niñas a quien para mi conveniencia podían peinar y darles galletitas de comer. Así fue mi infancia, como la de cualquier niño entre fiestas infantiles y tareas escolares, pero siempre con esas "cositas extras"; como en vez de ir a clase de ballet ir a terapia física o en vez usar frenos dentales, usar aparatos ortopédicos. Sin embargo, el crecer rodeada de estas situaciones que tuve que aprender a balancear, y el poder tener a esas personitas que eventualmente crecieron conmigo y se volvieron sin saberlo en mi ejemplo de como una sociedad incluyente e integrada debe ser han sido mi principal motivación para ser lo que hoy soy.
A veces somos tan afortunados de vivir en un mundo prediseñado para nosotros, que no nos damos cuenta de las numerosas bendiciones que tenemos. En mi caso, el vivir rodeada de gente que me quiere y acepta tal como soy me hizo dar por sentado que todas las personas en mi situación tienen las mismas oportunidades o energía positiva en su entorno. Era de las personas que muy esporádicamente se daba cuenta de como la sociedad trata a las personas con discapacidad; si iba al centro comercial a veces se me quedaban viendo como si fuera E. T., o jugaban "pongale la cola al burro" edición Discovery Health tratando de atinar que es lo que tengo, o me tocaba la persona que parecía estaba haciendo audición del CEA y hacia toda una escena preguntandose "why God? why?". Siempre que estaba en esas situaciones y porque fue lo que se me enseño, aprendí a sonreír y pensar "Que equivocados están"; y como persona con discapacidad se nos motiva a pensar que la sociedad esta mal si te hace a un lado - lo cual es verdad, esta mal - pero que pasa cuando tu como minoría te haces a un lado o te auto devaluas? Nadie nos enseña a creerte chingon o a no derrumbarte, y fue cuando me tope con ese problema que decidí el rumbo de mi vida.
En mis primeros años de universidad como cualquier otro estudiante de "college" - y como muy buena fanática de las miles de series americanas de televisión - decidí formar parte de un club para conocer mas compañeros universitarios y salir de mi zona de confort. Como mi talento para cantar es nulo, actúo solo cuando deseo chantajear a mis padres, a duras penas domino el español - y por necesidad el ingles- y obviamente el baile para mi no es una opción, busque el poder conocer a personas que compartieran algo conmigo; así que trate de entrar a un club de estudiantes con discapacidad. Ahí me encontré cara a cara con algo que hasta ese entonces no había visto, y lo cual cambio totalmente mi perspectiva de vida. Una sola junta me basto para ver la actitud de inseguridad y falta de aceptación que muchos se tenían a si mismos, ademas de ver que eso los llevaba a vivir en un circulo vicioso en el que se sentían rechazados por la sociedad y ellos mismos no se permitían estar en ninguna situación que les brindará la oportunidad de ser integrados; que era lo que tanto deseaban. Fue ahí cuando me di cuenta de que lo único que los diferenciaba a ellos de mi era que cada vez que yo tenía un pensamiento negativo o me sentía menos, yo tenia un army de amigos y familiares que me sacudían esas ideas de la cabeza. Así que a pesar de mi éxito fallido de entrar a ese club - digamos que yo quería nadar estiló mariposa y ellos necesitaban empezar a aprender a flotar - decidí poder hacer algo para cambiar la cultura de integración en mi hermoso México; y no solo de afuera hacia adentro - ósea no solo hacer que la sociedad acepte e integre a las personas con discapacidad - pero el mayor cambio que deseo hacer es de adentro hacia afuera, y que nosotros mismos nos aceptemos sin importar nuestras limitaciones.
Así es como nació no solo una escuincla, pero lo mas importante; como nació un movimiento de amor que hoy ya tiene 5 años. Mi historia y la de Carità es la prueba viviente de que los sueños se pueden alcanzar, solo es cuestión que la primer persona que crea en ellos seas tu mismo. En el momento que vas hacia tu meta Dios - la vida, el destino, Buda, los planetas, o lo que sea que creas - se encarga de ponerte a las personas y los momentos indicados para que las vuelvas realidad. A veces nos perdemos porque nos dejamos llevar por lo que otros piensan y nos olvidamos de nuestras verdaderas raíces. Espero que conociendo un poquito mas de mi los motive para este 2014 buscar ser la mejor versión posible de ustedes mismos.
Gracias por ser parte de mi historia.
Nos leemos en 2014!
xoxo
-F
La frase dice "no digas nada, si no tienes nada bueno que decir", lo que en mi caso fue "no escribas nada, si no tienes nada bueno que escribir"; así que heme aquí lista para compartir con ustedes lo que por los últimos cinco meses ha rondado mi cabecita llena de rizos rebeldes y amiga ocasional del peróxido. Pero considero que antes de seguir compartiendo mis mas profundos secretos e ideologías con ustedes, primero deben saber quien soy; porque es muy fácil juzgar al libro por su portada - o en este caso a la "discapacitada" por su modelo de silla - así que antes de seguir desnudando mi alma con ustedes, me gustaría mostrarles quien es este "desastre sobre ruedas".
Como todo buen cuento de hadas o película taquillera, esta historia empieza con un nacimiento - mi nacimiento, obviamente - y que es de un buen drama sin un giro inesperado en el tema central? Hoy en día muchos se dejan llevar por la fachada que ven en mi; la presidenta de una fundación, la funcionaria publica, la psicóloga/comunicologa, y las etiquetas podrían seguir y seguir por horas; pero muy pocos conocen la historia detrás de todo esto y como se fue escribiendo hoja por hoja. Todo empezó hace 27 años, muy lejos de las ganas de ayudar a los demás, de los eventos de caridad o de gobierno; el 9 de diciembre de 1986 nació en la ciudad de Chihuahua una renacuajita dos meses antes de lo esperado. Lo que para muchos es un acontecimiento de alegría y regocijo, en mi familia fue un día de incertidumbre y esperanza; todo esto porque el día que llegue a este mundo mis padres tuvieron la noticia de que se habían sacado el "premio mayor" - léase en tono de niño de la lotería por favor - y en sus brazos tenían a una pequeña con discapacidad. Mientras el shock se disipada en mis progenitores y mi familia paterna debatía acerca del nombre que debían ponerle a la primera nieta, yo me encontraba en la fina linea de planear mi bautizo o ir a saludar a San Pedro. Dos meses tostandome un poquito mas en mi encubadora para quedar "bien cocida" fueron suficientes para que finalmente pudiera conocer mi verdadero hogar. Ahí, durante esos sesenta días viviendo en un hospital estoy convencida que mi futuro y carácter se empezó a definir; todo esto mientras estaba rodeada de otros bebes, escuchando como unos lloraban sin cesar y siendo testigo de como otros eran recogidos por sus papas a tan solo días de haber nacido. Desde pequeña tuve que aprender que mi vida no iba a ser igual a las de aquellos que me rodean, y que para poder hacer algo que para los demás es considerado "fácil" y "cotidiano" iba a tener que trabajar el doble o triple para poderlo conseguir, sin embargo también descubrí que la gratificación es proporcional al sacrificio que uno hace para lograr algo; lo cual ha vuelto mi vida en una satisfacción constante.
Dejando un poco atrás el drama de mi nacimiento y todos sus detalles dignos de un capitulo de "La Rosa de Guadalupe", quisiera enfocarme en mi mayor bendición - y que yo se es la mayor bendición con la que contamos la mayoría - LA FAMILIA. Con mucho orgullo puedo decir que a mi entorno familiar nunca le llego el memorándum de que en su casa tienen una integrante con discapacidad. Mi mamá es la típica madre mexicana amorosa por las buenas y a quien no querrás conocer por las malas, la misma que me llevo a la fuerza a tutoría de matemáticas, física y química para que su hija por mérito propio aprobara sus materias - o al menos tratara - y que me enseño que yo puedo hacer todo lo que me proponga, solo de manera diferente. Mi hermano, como todo hermano mayor fue el que me dijo que Santa Claus no existía - lo cual vino a arruinar con mi plan de seguir fingiendo creer en el para obtener mas regalos - pero por otro lado es el que me enseño a jugar nintendo e hizo que me interesara la psicología. Ademas la vida me bendijo con dos figuras paternas, ambas que dejan en mi diferentes lecciones y aprendizajes para ser mejor persona.
El contar con un núcleo tan lleno de amor y que nunca me ha visto como un freak o por debajo de ellos fue sin duda mi mayor arma para lanzarme al mundo exterior de pequeña. Cuando te mueves con seguridad y sabes lo mucho que vales como persona transmites esa energía a los demás; no importa edad o si tienes discapacidad o no. En pocas palabras; si tu te aceptas a ti mismo, los demás terminan aceptandote también. Eso fue lo que sucedió en mi caso, yo siempre he sabido que valgo lo mismo que cualquier persona que se mueva por su propio pie; es solo que yo vengo en "diferente presentación". Veamoslo de esta manera; las personas sin discapacidad son una barra de chocolate Hershey's y yo soy ese mismo sabor de Hershey's en presentación "bites", técnicamente es lo mismo solo presentado de diferente forma. El conocerme como persona y no tomar mi discapacidad como un "defecto de fabrica" fue lo que me permitió integrarme a la sociedad en la que crecí. Aprendí a en vez de dejar de jugar porque yo no podía correr en los recreos, volverme en el carrito 4X4 del salón o la muñequita viviente de las niñas a quien para mi conveniencia podían peinar y darles galletitas de comer. Así fue mi infancia, como la de cualquier niño entre fiestas infantiles y tareas escolares, pero siempre con esas "cositas extras"; como en vez de ir a clase de ballet ir a terapia física o en vez usar frenos dentales, usar aparatos ortopédicos. Sin embargo, el crecer rodeada de estas situaciones que tuve que aprender a balancear, y el poder tener a esas personitas que eventualmente crecieron conmigo y se volvieron sin saberlo en mi ejemplo de como una sociedad incluyente e integrada debe ser han sido mi principal motivación para ser lo que hoy soy.
A veces somos tan afortunados de vivir en un mundo prediseñado para nosotros, que no nos damos cuenta de las numerosas bendiciones que tenemos. En mi caso, el vivir rodeada de gente que me quiere y acepta tal como soy me hizo dar por sentado que todas las personas en mi situación tienen las mismas oportunidades o energía positiva en su entorno. Era de las personas que muy esporádicamente se daba cuenta de como la sociedad trata a las personas con discapacidad; si iba al centro comercial a veces se me quedaban viendo como si fuera E. T., o jugaban "pongale la cola al burro" edición Discovery Health tratando de atinar que es lo que tengo, o me tocaba la persona que parecía estaba haciendo audición del CEA y hacia toda una escena preguntandose "why God? why?". Siempre que estaba en esas situaciones y porque fue lo que se me enseño, aprendí a sonreír y pensar "Que equivocados están"; y como persona con discapacidad se nos motiva a pensar que la sociedad esta mal si te hace a un lado - lo cual es verdad, esta mal - pero que pasa cuando tu como minoría te haces a un lado o te auto devaluas? Nadie nos enseña a creerte chingon o a no derrumbarte, y fue cuando me tope con ese problema que decidí el rumbo de mi vida.
En mis primeros años de universidad como cualquier otro estudiante de "college" - y como muy buena fanática de las miles de series americanas de televisión - decidí formar parte de un club para conocer mas compañeros universitarios y salir de mi zona de confort. Como mi talento para cantar es nulo, actúo solo cuando deseo chantajear a mis padres, a duras penas domino el español - y por necesidad el ingles- y obviamente el baile para mi no es una opción, busque el poder conocer a personas que compartieran algo conmigo; así que trate de entrar a un club de estudiantes con discapacidad. Ahí me encontré cara a cara con algo que hasta ese entonces no había visto, y lo cual cambio totalmente mi perspectiva de vida. Una sola junta me basto para ver la actitud de inseguridad y falta de aceptación que muchos se tenían a si mismos, ademas de ver que eso los llevaba a vivir en un circulo vicioso en el que se sentían rechazados por la sociedad y ellos mismos no se permitían estar en ninguna situación que les brindará la oportunidad de ser integrados; que era lo que tanto deseaban. Fue ahí cuando me di cuenta de que lo único que los diferenciaba a ellos de mi era que cada vez que yo tenía un pensamiento negativo o me sentía menos, yo tenia un army de amigos y familiares que me sacudían esas ideas de la cabeza. Así que a pesar de mi éxito fallido de entrar a ese club - digamos que yo quería nadar estiló mariposa y ellos necesitaban empezar a aprender a flotar - decidí poder hacer algo para cambiar la cultura de integración en mi hermoso México; y no solo de afuera hacia adentro - ósea no solo hacer que la sociedad acepte e integre a las personas con discapacidad - pero el mayor cambio que deseo hacer es de adentro hacia afuera, y que nosotros mismos nos aceptemos sin importar nuestras limitaciones.
Así es como nació no solo una escuincla, pero lo mas importante; como nació un movimiento de amor que hoy ya tiene 5 años. Mi historia y la de Carità es la prueba viviente de que los sueños se pueden alcanzar, solo es cuestión que la primer persona que crea en ellos seas tu mismo. En el momento que vas hacia tu meta Dios - la vida, el destino, Buda, los planetas, o lo que sea que creas - se encarga de ponerte a las personas y los momentos indicados para que las vuelvas realidad. A veces nos perdemos porque nos dejamos llevar por lo que otros piensan y nos olvidamos de nuestras verdaderas raíces. Espero que conociendo un poquito mas de mi los motive para este 2014 buscar ser la mejor versión posible de ustedes mismos.
Gracias por ser parte de mi historia.
Nos leemos en 2014!
xoxo
-F
Fernanda ¡¡¡que maravilla de testimonio!! tienes una facilidad innata para transmitir tus sentimientos. Por favor ¡¡no dejes de escribir!! se que vas a tocar el corazón de muchas personas y lograras lo que tanto buscamos: la inclusion de las personas con discapacidad. Dios te bendiga y te siga dando esa energia y entereza para enfrentar la vida.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Lucila!!! Es para mi un honor que alguien que lucha por lo mismo que yo le gusté lo que escribo y mi forma de ver el mundo. A luchar juntas por un México incluyente!! QDTB!! Un abrazo enorme!! F
EliminarWowww!!!! Después de leer tu historia de vida me sentí tan identificada en tu años de estudiante, cuando las personas te miran y te siguen con la mirada, como si te quisieran escanear y descifrarte en 2 segundos... aunque también me cayo como balde de agua fría y me di cuenta que yo perdí el rumbo en algún momento que esa felicidad que siempre me caracterizo en un momento se apago y que esa seguridad que siempre sentí en un momento se volvió una cárcel o esa persona amiguera ahora busca excusas para quedarse en casa y no salir....... MUCHISIMAS GRACIAS POR COMPARTIR TU HISTORIA Y POR DEMOSTRAR QUE TODOS SOMOS IGUALEA COMO SERES HUMANOS PERO EN DIFERENTES PRESENTACIONES.....
ResponderEliminarHola Carito! Antes que nada MUCHAS GRACIAS por tu lindo mensaje! Es para mi un honor leerlo y una gran satisfacción haber dejado huella en tu mente y corazón haciendote reflexionar por un momento. Te recuerdo que tu eres dueña de tu destino y la única persona que te puede ayudar a ser quien deseas ser eres tu misma. Un abrazo enorme! xo -F
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